Se armó: muchos no entendieron el chiste sobre Haití.

Esta mañana abrí el correo y encontré un mail de Osvaldo Pepe, de Clarín, en el que me dice lo siguiente: "Es de pesimo gusto hacer "humor" con semejante tragedia. Seria tan amable de borrar mi nombre de sus listados de e-mail? " A lo que yo contesté: "En ningún caso estoy haciendo humor con la tragedia de Haití. En todo caso con la supuesta y caótica ayuda extranjera, nunca exenta de intereses, o desintereses. Lamento que no lo haya entendido, pero lo comprendo. Hasta siempre." Bueno, si hubiera estado un poco más avispado a la mañana, tal vez a la consigna "es de pésimo gusto hacer "humor"..." hubiera respondido que es de peor gusto conspirar o tener hijos de desaparecidos, pero habiendo yo trabajado en el Grupo Clarín, me consta que te hacen pasteurizar tanto los chistes que finalmente su efecto es inocuo, como puede verse en algunos humoristas de este diario, que no parecen expresar más que la opinión de la empresa, sin que sepamos qué piensan ellos respecto a un cierto tema. Sin embargo, otros mensajes durante el día me dieron a entender que la gente mira el chiste y ya por el sólo hecho de tratarse sobre Haití, entienden que no se puede hacer ningún chiste sobre el tema, como me sugiere el gentil lector del diario San Rafael que firma como ASA: "Sos un tarado flaco, no podes hacer humor con estas tragedias, porque no te dedicas a laburar.." Yo creo que lo que en todo caso se toma en tono de burla es la intervención extranjera en Haití, que tantas veces, hasta los mismos haitianos hubieran deseado. Simplemente me hace ruido la premura de cierta -y supuesta- ayuda internacional cuando en condiciones normales Haití no les ha importado un cuerno. Y nos consta que, cuando a ciertas potencias un régimen no les conviene, lo vemos todos los días, hacen todo lo posible por sacarlo del medio. Cuando Haití era el imperio de la corrupción, a nadie se le ocurrió presionar a esos gobiernos para que no estén más. Sencillamente porque se podían servir de ellos. No ocurre lo mismo con Cuba o con Venezuela, países sobre los cuales la presión para que sus gobiernos cambien es diaria y constante. Ni hablar de lo que ocurrió en Honduras. En ese contexto de tanta necesidad por parte del pueblo haitiano, cualquier ayuda, vista desde afuera va a ser como tirarles una escoba y una palita para que limpien y así puedan seguir maltratándolo como siempre. Si les interesa opinar, este medio está abierto.